Esta semana EE.UU. ha comenzado a emitir pasaportes con tecnología RFID. Se trata de una especie de etiqueta donde se puede almacenar información y que se puede leer a distancia de modo electrónico. El chip duplica la información que va impresa en el pasaporte, y con ello se persigue dificultar la falsificación.
Sin embargo, el investigador alemán Lukas Grunwald ha demostrado en Black Hat y en la revista Wired que se puede clonar fácilmente con su programa “RFDump”.
Hay que añadir que este mismo tipo de pasaporte ya fue craqueado en Holanda: se demostró que cualquiera que “escuche” la comunicación entre el pasaporte RFID y un lector legítimo puede descifrar y recuperar la información después en tan solo dos horas.
¿Se tendrán en cuenta estos antecedentes?