La SGAE ha enviado un burofax a Julio Alonso exigiéndole la retirada de una entrada en su blog del año 2004 donde informaba de que cuando se tecleaba “ladrones” en Google, aparecía como primer resultado la palabra “ladrones”. Le acusan de injurias y amenazan con demandarle.
Lo cierto es que si se tecleamos “ladrones” en el buscador, aparece esta entrada en primer lugar. Y ese habrá sido el criterio que habrá seguido la SGAE para amenazarle. Pero, ¿por qué no envían un burofax a todos y cada uno de los que han incluido las dos palabras en un párrafo? Porque si tecleamos “ladrones” y “SGAE”, tenemos más de 200.000 resultados donde vienen asociados. A lo mejor me ponen uno a mí y todo, no creo. Este post tiene un carácter informativo, como el de Julio Alonso…
El tema viene que ni pintado. Esta misma tarde he tenido una conversación con Oliver, un compañero de trabajo, sobre propiedad intelectual y el canon que se nos cobra por los soportes que utilizamos para hacer grabaciones de trabajos particulares. Estábamos de acuerdo en que no era justo, sino que se trata de una culpabilidad a priori, una presunción generalizada en la que cualquier soporte lo sería de una obra protegida. He insistido en que lo que hay que hacer es actuar, y no “darle al pico” como ciertos abogados que mucha TV y poca demanda. Pero que la ley está así no es discutible.
Pero claro, Oliver me ha exigido también a mí esa actividad y compromiso. ¿Es este post un comienzo?