Hace un tiempo que me aventuré a decir que los cines seguirían en la debacle a los videoclubs. Y la verdad, lo hice sin apoyarme más que en mi poca intuición y en la experiencia que me proporciona mi círculo de amistades.
No es que sea pájaro de mal agüero. Es que el cine es caro. Y para pagar lo que piden, pues miren, me quedo en casa e invito a los amigos a que vengan. Y me lo bajo de Internet, que es gratis.
El viernes Juan me envió una hojita de cálculo con datos sobre la taquilla española. Y confirmado: van bajando. No me he entretenido en comprobar de dónde vienen los datos. Si vienen de Juan, ojo, que son datos. Y Juan trabaja, entre otras cosas, dando datos fiables.