Recibo un boletín de Microsoft que va dirigido a ilustrar a las empresas en diferentes aspectos. Llego a leer el siguiente título: “La directiva de privacidad: proteja a sus clientes con una directiva de privacidad segura”. Lo firma un tal Jeff Wuorio. Da siete directrices para “ayudar a desarrollar una directiva de privacidad sólida, o […]
Recibo un boletín de Microsoft que va dirigido a ilustrar a las empresas en diferentes aspectos. Llego a leer el siguiente título: “La directiva de privacidad: proteja a sus clientes con una directiva de privacidad segura”. Lo firma un tal Jeff Wuorio. Da siete directrices para “ayudar a desarrollar una directiva de privacidad sólida, o posiblemente, mejorar la que se tenga”.
n cuanto comienzas a leer te das cuenta de que el articulito del boletín de Microsoft ha sido un “copia, traduce y pega” del inglés. Los “yankees” nos han descubierto a nosotros en pleno siglo XXI. ¿Por qué demonios utilizamos estas americanadas?
Muchas webs de empresas españolas siguen todavía con un enlace titulado “política de privacidad”, o algo parecido, y cuando se selecciona, se puede leer un largo párrafo que habla sobre protección de datos y lo mucho que se respetan los derechos de los usuarios. Y con eso creen que cumplen.
Ni es necesario tener esa “política de privacidad” ni se cumple con la normativa de protección de datos con ella. El sistema español es más exigente: en una web hay que colocar con precisión la información a que obliga la LOPD en lugares determinados. El resto es literatura.