bookmark_borderCrystal: análisis de perfiles al alcance de cualquiera

Crystal

Crystal es un software que se anuncia como «la mejora más importante para el correo electrónico desde el corrector ortográfico». Han sido bastante modestos, porque se trata de una aplicación en línea que evalúa la personalidad haciendo un escaneo en Internet de las diversas «fuentes públicas» donde aparece información sobre alguien en concreto: redes sociales, publicaciones, fotografías… Te da información sobre el perfil general, y te dice cómo has de comunicarte con esa persona, ya sea escribiéndole un correo electrónico, hablando con ella e incluso en el trabajo.

Crystal tiene un complemento para analizar perfiles desde Linkedin, y otro que puede añadirse a Gmail y que te hace sugerencias cuando vas a escribir a una persona determinada. Te puedes registrar gratis, con posibilidad de contratar modalidades de pago que ofrecen más información, como analíticas de equipos y organizaciones, o analíticas para contratación, enseñanza y dirección. En la modalidad empresa se incluye analítica con integración de CRM.

Para saber cómo funciona, nada mejor que un ejemplo. He buscado un personaje bastante conocido y que tiene participación en las redes sociales, además de que hay bastante información publicada sobre él: Cristiano Ronaldo. Este es el perfil que Crystal ofrece al inicio:

CR71

CR7 es creativo, ambicioso, tiene visión de futuro, se distrae con facilidad y toma decisiones rápidas que pueden parecer impredecibles. Esto es el aperitivo. También nos da pautas sobre cómo debemos comportarnos cuando hablemos con él:

CR72

Usa un tono informal, no le aburras con cosas que haya oído ya… No sé la gracia que le podría hacer a Ancelotti la última frase, «no confíes en que siga instrucciones verbales específicas».

Está claro que con la cantidad de información que los mismos usuarios publican sobre sí mismos, tarde o temprano aparecerían aplicaciones que pondrían en manos de cualquiera este tipo de análisis. Pero hay que tener en cuenta qué efectos van a tener en nuestra vida diaria… Basta con pensar algunos ejemplos de su potencial uso:

  • un departamento de recursos humanos que lo utilice a la hora de clasificar currículos de aspirantes a los puestos de trabajo que anuncia una empresa,
  • una aseguradora a la hora de decidir el riesgo que tiene un potencial cliente, antes de asegurarle o no,
  • un banco antes de conceder un crédito personal o empresarial a un individuo determinado,
  • o quitándole hierro al asunto, un ligue de fin de semana que quiere profundizar más en tu personalidad…

Un punto interesante es la combinación de herramientas como Crystal con un CRM social, que puede ser de lo más interesante. Por un lado, el CRM social dispondrá de los diferentes perfiles sociales de un cliente, permitiendo hacer un seguimiento de sus interacciones con nosotros. Y si le añadimos Crystal, también tendremos un análisis del comportamiento de ese cliente y recomendaciones sobre cómo gestionar nuestra relación con él.

Tengo claro que si una empresa desea utilizar este tipo de software, ha de informar al cliente de que va a hacerlo, puesto que implica la realización de perfiles. La información ha de ser clara, tenemos que explicar qué finalidades perseguimos con este tipo de tratamiento de datos, pero ¿cómo puede reaccionar un cliente al que se le diga algo parecido a «la empresa rastreará tus publicaciones en Internet, el uso que haces de las redes sociales, para clasificarte y ofecerte un servicio más personalizado»?

He escrito a esta empresa con una serie de cuestiones sobre protección de datos, para saber si las han tenido en cuenta. A la fecha no tengo respuesta, pero será bastante interesante conocer el planteamiento que tienen (o que no tienen) sobre la problemática que arrastra una aplicación así bajo la normativa europea.

Ahora, amigo lector, ya puedes ir a registrarte para comprobar cómo son los perfiles de tu jefe, compañeros… ¡y el tuyo propio, cómo no!

bookmark_borderLa televisiones de Samsung: un espía más en casa

Samsung

¿Tienes una televisión inteligente? Pues si es así, debes ser consciente de que tienes en el salón de tu casa un aparato que está enviando información sobre tus preferencias y hábitos a la empresa fabricante. También a otras empresas o personas que desconoces. Lo cuento porque he leído aquí que la tecnología de reconocimiento de voz de las televisiones inteligentes de Samsung captura tu voz y la envía a un empresa sin identificar… y eso no es todo.

Samsung informa en su política de privacidad, pero ya sabemos que la gente no suele leer ningún tipo de aviso legal, ¿verdad que no? Hasta a mí se me pasa muchas veces, y eso que me dedico a estos menesteres. Todos esos textos resultan aburridos y suelen ser muy extensos. Pero veamos qué dice Samsung:

Samsung puede recoger, y tu dispositivo puede capturar, órdenes de voz y textos asociados para que podamos proveerte con las características del Reconocimiento de Voz para evaluar y mejorar sus capacidades. Por favor, ten en cuenta que tus palabras, incluyendo información tanto personal como sensible, estarán entre los datos capturados y transmitidos a una tercera parte a través de tu uso del Reconocimiento de Voz…

Siempre digo que la gente no lee, sino que ve la «tele». Es uno de los males que aquejan nuestra sociedad. Si el usuario hubiera perdido unos minutos leyendo, se daría cuenta de que esa maravillosa televisión le está escuchando continuamente, y que a la hora de almacenar voz y transmitirla a Dios sabe dónde, no distingue entre un «cambia de canal» a un «¡niño, cállate, que molestas!». Samsung no identifica qué empresa es esa «tercera parte» a la que envía la voz grabada. Por si fuera poco, más abajo del párrafo de su política de privacidad que he indicado, se exonera de cualquier responsabilidad por cualquier uso que haga ese tercero de las grabaciones. Impresionante: recojo la información, se la paso, pero si pasa algo, a mí no me exijas nada…¡búscate la vida, usuario!

Si desconectas el sistema de grabación, pierdes las funcionalidades del reconocimiento de voz. Así, sin más. Te obligan a tenerlo grabándote si quieres que funcione el reconocimiento, lo que en mi opinión es un despropósito descomunal. Es el equivalente a decirte «sí, muy bien, has pagado por una maravillosa televisión, pero si quieres que funcione con todo, fastídiate y déjanos grabar tu voz y mandársela a quien sea». Sin opción ninguna a oponerte. Esto que parece tan chocante se había admitido incluso por la Agencia Española de Protección de Datos en el caso del servicio de correo Gmail, como ya conté hace tiempo. Pero lo fundamental es que el servicio era gratuito y se trataba de un intercambio: analizamos tus preferencias y datos para mostrarte publicidad, y a cambio puedes usar gratis nuestro servicio de correo electrónico. En este caso, de gratuito, más bien poco, ya que estas televisiones cuestan lo suyo.

Samsung avisa de que se recogen bastantes más datos, como la dirección IP, la configuración que tengas del hardware y software, información del navegador, las páginas que visitas… Hasta si apagas las recomendaciones personalizadas, los televisores siguen haciéndote un seguimiento de qué estás haciendo. Eso sí, siempre con el sacrosanto objetivo de «mejorar el servicio». Lo de siempre.

Las empresas fabricantes tienen mucho que aprender todavía. El usuario es lo primero, pero no sólo desde el punto de vista comercial, de satisfacción, o para añadir características y funcionalidades de productos y servicios. También ha de ser lo primero desde el punto de vista de la gestión de su información. A la hora de diseñar aparatos hay que tener en cuenta también las normas de protección de datos, y sobre todo, darle al usuario un control real de lo que sucede.

Los profesionales del ramo nos vamos a divertir con esto que se llama «Internet de los Objetos». Ahora, después de todos los «llevables», hemos de añadir las televisiones transmitiendo en directo nuestra información. Se sumarán más electrodomésticos, y prácticamente cualquier cacharrito que tengamos a nuestro alrededor. Va a ser divertido.