bookmark_borderApple había avisado, no es para tanto… ¿o sí?

Este miércoles pasado Peter Warden y Alasdair Allan anunciaron en la conferencia Where 2.0 que Apple recogía datos de localización de los iPhone/iPpad sin que los usuarios tuvieran conocimiento de ello. Su intervención está disponible aquí. El revuelo ha sido tremendo, y Apple sigue sin dar señales de vida para explicarlo.

Cualquier iPhone o iPad 3G con el sistema operativo iOS4, lanzado en junio de 2010, almacena datos de localización en un fichero ((Library/Caches/locationd/consolidated.db) que se puede encontrar en los dispositivos y en cualquier PC/Mac con el que sincronicen porque se copian en éstos. El fichero almacena latitud y longitud, y además la hora en la que se recoge esa información. Si antes esos datos estaban sólo en manos de las operadoras de telecomunicaciones, ahora resulta que tras esta acción de Apple, están guardados en los dispositivos móviles y los ordenadores de los usuarios, y además sin proteger de ningún modo.

No está claro para qué se utiliza esta información, pero tal y como cuentan en F-Secure, es bastante más que probable que Apple esté fabricando su propia base de datos global de localización, una vez que ha prescindido de los caros servicios de Skyhook. Ahora, igual que Google aprovechó para intentar construir su propia base de datos con sus coches mientras elaboraba el Google Street View, Apple aprovecha a sus usuarios, que son más y por supuesto más baratos que poner un coche en circulación.

Nuestros iPad/iPhone envían dos veces al día a Apple la información de localización que generan. Así viene indicado en la carta de contestación que Apple envió al Congresista Ed Markey cuando preguntó en junio de 2010 sobre la política de privacidad y servicios de localización de la empresa. Ayer mismo Markey volvió a preguntar, “¿se trata de iPhone, o de iTrack?“… Supongo que Apple contestará que ya ha informado a los usuarios de ésto en su “política de privacidad“:

Servicios de localización

Para prestar servicios de localización (Location Based Services – LBS) en relación con productos de Apple, tanto Apple como sus socios y licenciatarios podrán recoger, utilizar y compartir datos precisos sobre localizaciones, incluyendo la localización geográfica a tiempo real de suordenador o dispositivo Apple. Dichos datos de localización son recogidos anónimamente de forma que no puedan utilizarse para identificarle personalmente y son utilizados por Apple y sus socios y licenciatarios para suministrar y mejorar sus productos y servicios de localización. Por ejemplo, podremos compartir su localización geográfica con proveedores de aplicaciones cuando usted acepte participar en los servicios de localización.

Apple no considera los datos de localización como datos de carácter personal, y dice recogerlos “anónimamente”. Pero ya me contarán cómo, porque cada dispositivo tiene un identificador único que a su vez está asociado con un usuario registrado. En España esto sería considerado medio más que razonable por el que identificar sin esfuerzo a una persona física. En Estados Unidos se están preparando las primeras acciones legales por considerar esta práctica como desleal con el consumidor, no tardaremos en verlas.

Este “incidente”, por llamarlo de alguna manera, es más que un indicio de la carrera que ya han emprendido las grandes tecnológicas para prestar servicios de publicidad utilizando la geolocalización. Es lógico y normal que los gigantes Google y Apple están intentando construir estas bases de datos, les hace falta un buen mapa de antenas y de redes Wi-Fi para poder afinar. ¿Podemos imaginarnos la construcción de semejante mapa con la normativa española de protección de datos? Una vez más, desventaja competitiva europea/española, o invasión de la vida privada por la tecnología, tomémoslo como queramos.

Por cierto, para quien no quiera sorprenderse con lo que queda por venir, recomiendo la lectura del libro “Everyware: the dawning age of ubiquitous computing”, de Adam Greenfield. Escrito en 2006, ya preludiaba lo que se ha dado en llamar “el Internet de los objetos”.

bookmark_borderInsinuaciones

IcebergEn un repaso a resoluciones de la AEPD me encuentro con una que me ha resultado muy interesante, y de la que no he visto comentario alguno en mis “feeds” habituales. FACUA denunció a Google por tratar datos de carácter personal incluidos en los mensajes de correo de “Gmail” para mostrar publicidad relacionada con el contenido de los mensajes (publicidad contextual).

La Inspección de Datos realiza pruebas con una cuenta de Gmail creada para la ocasión, y comprueba que, efectivamente, la publicidad que Gmail muestra en el lateral guarda estrecha relación con el contenido de los mensajes recibidos en esa cuenta de correo.

La Agencia no tiene duda alguna de que el cribado automático del contenido de los mensajes de correo electrónico constituye un tratamiento de datos de carácter personal aunque se haga sin intervención humana.

En el primero de sus Fundamentos de Derecho deja muy claro que FACUA concreta el objeto de su denuncia en la presunta infracción de la LOPD y de la LSSI por vulnerar el derechos de los usuarios a oponerse al tratamiento de sus datos con fines publicitarios y la prohibición de enviar publicidad no autorizada […] La denuncia describe su objeto de forma genérica sin acompañar referencias de usuarios individualizados en cuyos correos electrónicos se haya constatado el objeto de la misma

En el Fundamento Jurídico V la Agencia define muy bien lo que ocurre. Si quieres Gmail, consientes en el tratamiento de tus datos (textual: “… el precio del servicio que paga el usuario es autorizar el tratamiento de sus datos personales para recibir publicidad”).

Justifica su decisión en que el usuario presta un consentimiento expreso para el tratamiento de sus datos personales y para la asociación de publicidad personalizada, ya que es la contrapartida para la prestación gratuita del servicio. Se cumplen así tanto el artículo 21.1 LSSI como el 6.1 LOPD.

La Agencia afirma que la información facilitada por Google a los usuarios del servicio Gmail presenta deficiencias:

– el conocimiento íntegro de los tratamientos a que van a ser sometidos los datos personales se encuentra disperso, siendo preciso para ello acudir a distintos hiperenlaces sucesivos;

las cláusulas informativas resultan en bastantes ocasiones genéricas para el conjunto de los servicios de Google, de forma que no se facilita que el usuario tenga un conocimiento claro y preciso sobre cómo se traducen aquellas informaciones respecto de cada uno de los concretos servicios que utiliza

La denuncia de FACUA a archivo, sin pena ni gloria. Con las deficiencias apuntadas, ¿está insinuando la Agencia por dónde hacerle cosquillas a Google?… A lo mejor en España hace falta algo más que un periodista para que nos pongan  la información “sin deficiencias”…