El fin de semana pasado se publicó una noticia que ha pasado prácticamente desapercibida en el gremio: Cecilia Malmström, Comisaria de Interior de la U.E. en el anterior período legislativo, ha estado colaborando con los norteamericanos en intentar frenar el Reglamento europeo de protección de datos.
La información ha aparecido en el blog del grupo de defensa de los derechos digitales Access. Solicitaron en 2013 acceso a documentación tanto de la Comisión Europea como de los Departamentos de Estado, Justicia y Comercio de EE.UU. El objetivo que tenían era aclarar las presiones «useñas» a la Unión Europea para frenar la aprobación del Reglamento de protección de datos.
El correo electrónico, de 12 de enero de 2012, de un trabajador de la NTIA (National Telecommunications and Information Administration) del Departamento de Comercio, hace referencia al borrador de uno de los documentos que redactó el «lobby» de la administración Obama para influir en la redacción del Reglamento. Eso es lo de menos; lo de más es que indica que el gabinete de Malmström había estado compartiendo información con la misión de EE.UU. en la Unión Europea, incluyendo las fechas apropiadas para publicar el documento de «lobby», información sobre políticas internas de la Comisión, y sus preocupaciones sobre cómo la propuesta podía provocar un conflicto entre la U.E. y los intereses norteamericanos en la aplicación de ésta.
La susodicha Comisaria fue la encargada de averiguar si EE.UU. había espiado a europeos que estuvieran incluidos en la base de datos de SWIFT, que contiene información sobre transacciones financieras europeas. Cerró el asunto con la afirmación de que EE.UU. le había dado «garantías por escrito» de que no lo había hecho. Como el Parlamento Europeo no quedó satisfecho con la investigación, en marzo de 2014 solicitó la suspensión de las negociaciones para cerrar el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones con EE.UU. Hasta la fecha, no ha habido reacción de ningún tipo a la petición.
Por cierto, Malmström será nombrada como Comisaria de Comercio si así se aprueba en una sesión plenaria del Parlamento Europeo que se celebrará el 22 de octubre. Digo yo que el nombramiento se hará por sus «buenas relaciones» con los norteamericanos. Resulta que el lunes , en una audiencia de 3 horas previa a su posible nombramiento, se le preguntó por el «asuntillo» y respondió que rechazaba las acusaciones, porque eran «infundadas» y estaban «basadas en malinterpretaciones y mentiras».
La respuesta de Access no se ha hecho esperar: la fuente de la información es más que fiable, ya que se trata de un correo electrónico obtenido de forma legal del Departamento de Comercio de EE.UU., y que demuestra de modo claro su implicación.
Bochorno y vergüenza. Es lo único que se me ocurre. Este es el nivel de «nuestros» representantes europeos. Corrupción pura, y negar la mayor cuando la tienen delante.
La noticia, aquí en GigaOm. Actualización de hoy mismo, aquí en Techdirt.