En noviembre de 2007 Facebook lanzó su“beacon”, un mecanismo que alertaba a los amigos de un usuario de sus actividades comerciales. Este funcionaba con el sistema de “opt-out”, por defecto: si el usuario no lo desactivaba, informaba sobre sus compras a sus contactos. Tras presiones de grupos defensores de la privacidad, tuvo que cambiar el sistema al “opt-in”, a solicitar el permiso de los usuarios para poder utilizarlo.
Un ejemplo: Sean Lane, usuario de Facebook, compró un anillo para su esposa en una de las empresas participantes en el sistema “beacon” (Overstock.com). A pesar de querer que el regalo fuese un regalo sorpresa de Navidad, las más de 700 personas de su red de contactos, incluida su esposa se enteraron, pudiendo observar un flamante anuncio del tipo “Sean Lane ha comprado de Overstock.com un anillo…”.
La semana pasada un grupo de usuarios demandó a la empresa junto con las participantes en ese programa (Blockbuster, Fandango, Hotwire, Travel, Overstock.com, Zappos.com, Gamefly, And John Does 1-40). Aquí está accesible el texto completo.
Aunque la demanda se refiere al período en el que funcionaba el “opt-out”, asunto que ya está solventado por Facebook, me ha hecho reflexionar sobre cómo una empresa española podría utilizar el debería aplicar el sistema “beacon”, que debe ser bastante rentable. No hay nada mejor que ver que un amigo/colega ha comprado un producto/servicio para que al menos la publicidad sea eficaz.
Parece un simple problema de cesión de datos… ¿no? Interesante.
Las modernas redes sociales no son sino un gran cúmulo de datos de carácter personal con los que las empresas que las regentan quieren comerciar, y les guste o no, tienen que pasar por el aro de la regulación de la “privacy”, o protección de datos. Hay que aprender la “ingeniería del dato”…
(Fuente: CNet News)