Una amiga vino a casa no hace mucho. Yo había encontrado su perfil en Facebook, cosa que me sorprendió bastante, porque a pesar de tratarse de una chica jóven, no me daba la impresión de que pudiera utilizar redes sociales de ningún tipo. Terminamos hablando del impacto que tiene Internet en nuestra vida, y de lo fácil que es acceder a datos de personas concretas utilizando un buscador. Hicimos una prueba con su nombre y apellidos, y creedme cuando digo que quedó consternada por la cantidad de información que, sin tener conciencia, había ido dejando en la red, y muy preocupada por la opinión que sus colegas de profesión podrían formarse si consultasen esa información.
A pesar de tratarse de una persona con formación superior, habituada al uso de internet, no tenía la más remota idea de que todo eso estuviera ahí, tan al alcance de cualquiera… ¿a cuántos más les sucede? El ciudadano medio no está preocupado ni mucho menos por estas cosas, en absoluto. Ella está preocupada después de aquella terrorífica sesión de búsquedas en Google.
No me creo el dato del barómetro del CIS que afirmaba en febrero del año pasado que más del 70% de los ciudadanos se muestran preocupados por la protección de datos. ¿Sabían sobre lo que se les estaba preguntando? Yo no detecto esa supuesta preocupación en mi entorno si elimino conocidos que están dedicados a esto de la privacidad o con profesiones muy relacionadas con las nuevas tecnologías. ¿Alguien nota esa supuesta preocupación?
He vuelto a leer un post de Peter Fleischer de este verano. Dice lo siguiente:
I think privacy professionals need to get out more. I mean, talk to real people, average consumers, normal Internet users. Most of us privacy officers spend most of our time talking to each other, or to privacy regulators, or to privacy advocates, or to company privacy department colleagues. But, at the end of the day, the people whose privacy we’re trying to protect are not the specialists.
Me quedo con la primera frase. Necesitamos salir de nuestro entorno y relacionarnos más con los “no especialistas”. Ellos nos van a enseñar la realidad, sea como ciudadanos o profesionales. Y nos van a ayudar a progresar, porque no podemos ser buenos profesionales de la privacidad si no conocemos la realidad. Es mi impresión.