Tengo en mis manos un borrador sin fecha del dichoso reglamento y me he puesto a analizarlo. La pega es que me lo dieron en papel y he de pasarlo por teclado. Pero claro, si me pongo a trabajar sobre él y luego hay cambios sustanciales, trabajo perdido.
Como hoy comienzo mis cortas vacaciones he aprovechado para ir a la Agencia Española de Protección de Datos a preguntar por el dichoso borrador del nuevo y esperado reglamento, a ver si me lo daban y así no trabajo en vano.
Tengo delante a alguien de un despacho cuyo nombre no mencionaré que presenta un voluminoso mazo de declaraciones de ficheros, y que ni se ha preocupado de proporcionar una copia para que se la sellen como entrada y justificar su presentación. El funcionario pone cara de circunstancias cuando le pregunta por las copias, y este señor le dice que “son muchas, menudo lío”.
Por fin me toca a mí:
– Buenos días. ¿Sería tan amable de proporcionarme el borrador del reglamento de desarrollo de la LOPD? Resulta que he visto que hay varios despachos profesionales que ya ofrecen cursos sobre él, y claro, he supuesto que ya está disponible para el público en general.
– No, qué va. Eso lo habrán repartido en algún curso… Pero no está disponible.
– ¿Y cómo es posible que personal de la Agencia de conferencias y cursos, proporcionen el borrador a los asistentes, y no esté disponible?… ¿y qué me dice de esas empresas que ya tienen anunciados cursos? ¿quién se lo ha dado?
– Ah, yo de eso no se nada.
Esta es la eficacia, la vocación de servicio público y las ganas de informar que tiene la Agencia.
Con gigantes hemos topado, amigo Sancho. Mejor volver a casa y pensar en qué vamos a hacer estas vacaciones…